24/3/08

Xosé Tarrío, asesinado por el Estado

¡Presta atención al dolor humano, oh monstruo!
Inhumana... gélida... mecánica...
Sólo bestia.
Cruel instrumento del hombre contra el hombre.
Placenta viscosa que inculcas temor
en la gestación de agonizantes amaneceres.
En las tiniemblas de tus entrañas.
Fabricas dolor y soledad eterna,
y la sangre se torna hielo, sin amor ni presente.
Sólo dejaste un ojo porcino escrutando tu interior:
¡Sí, estoy aquí!
Escupes cadáveres de débiles muertos
alineados en tus tumbas de cristal.
¿Cómo han osado adentrarse en tu viente?
Locura... demencia... sinrazón...
Abismo mortal al suicidio colectivo del sentimiento,
que invitas a diario,
cuando en la oscuridad acechas al hombre que sufre y llora.
Esencia del mal,
rojo sangre en las reminiscencias oníricas,
donde los humanos borraron el término piedad.
¡Borrad también todo amor de vuestros corazones!
¡Bestia!,
ya los hijos que gestaste están preparados para dar a luz,
rotas las cadenas de su prisión y de su miedo.
¡Corred, fascinerosos, corred!
No permitais que los proxenetas de vuestra madre os den alcance:
domesticarían vuestra alma y os harían sus esclavos.

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